Pero el camino para este instrumento de 12 o 16 cuerdas (el mayor número no representa más dificultad, sino un cambio en el timbre y en la afinación), cuerpo redondeado y brazo de madera no ha sido fácil. Si de popularidad se habla, no es la bandola el instrumento en cuestión, pues a pesar de tener numerosos seguidores e intérpretes, comparada con el tiple o con la guitarra, no tiene mucho que hacer.
"Hay quienes están llevando la bandola a espacios más comerciales, pero yo no creo que sea una necesidad. Esta música nunca ha sido masiva y corresponde a una estructuración que es distinta, que viene de una tradición más académica, más urbana; porque, al contrario de lo que mucha gente piensa, la bandola nunca fue un instrumento campesino, sino más bien urbano. Siempre ha tenido la posición compartida de ser un instrumento andino y académico", asegura Bernal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario