A mediados de mayo pasado, unas mil personas se reunieron en el parque central de Usaquén para asistir al más reciente concierto de la Orquesta de Bandolas. Su curiosidad sobre la riqueza musical de la agrupación las llevó a deleitarse con el repertorio, que va desde pasillos y bambucos hasta piezas de música clásica.
"La orquesta ha tratado de tocar en distintos lugares del país para mostrar que en la bandola no solo se interpreta música andina colombiana, con una sonoridad muy interesante, sino que hay gente que ya toca rock, jazz y hasta metal. Gracias a lo que hacemos, la bandola podrá tener otra posición en el futuro cercano", asegura emocionada Oriana Medina, quien desde hace nueve años interpreta la bandola alto.