El artista, de 39 años, se destacó desde muy niño y a los 12 años pudo ser pupilo de Yehudi Menuhin. Para ese momento, ya había obtenido un buen número de reconocimientos en su carrera solista, como el premio de Excelencia en Créteil, Primer Premio por unanimidad con felicitaciones del jurado en el concurso inter-conservatorios de París, y la Primera medalla de solfeo especializado en el Conservatorio de París.
Entre 1986 y 1990, recibió el galardón Festival Musical de los Jóvenes Intérpretes, de la fundación Menuhin, de la fundación Cziffra y del concurso internacional Tibor Varga.